Dom. May 19th, 2024

Antes de disolver la Cámara entre aplausos, despedidas, abrazos y hasta selfies, la última norma que los eurodiputados aprobaron este jueves en Estrasburgo, en su último pleno de esta legislatura, fue la Ley para una Industria de Emisiones Netas Cero (NZIA, por sus siglas en inglés). en Inglés). Una legislación europea para promover industrias estratégicas limpias que resume, en gran medida, las principales preocupaciones -y disputas- de este mandato que ahora termina y que marcará también el que comienza tras las elecciones europeas de junio: cómo seguir impulsando La competitividad europea y, al mismo tiempo, la necesaria transición verde, en medio de crecientes cuestionamientos sobre el Pacto Verde Europeo por parte de la extrema derecha negacionista y un sector de la derecha tradicional.

El sentimiento de ahora o nunca creado por las elecciones europeas de junio, donde se teme un refuerzo de la extrema derecha que no duda en calificar el cambio climático de engaño y las leyes para combatirlo de “estúpidas” (es lo que (lo hicieron algunos eurodiputados ultras de Estrasburgo esta semana), aceleró en los últimos meses la negociación de múltiples leyes europeas, en gran parte proyectos medioambientales.

A costa, lamentan muchos observadores, de haber hecho más concesiones de lo habitual que rebajan la ambición de estas normativas, como ha ocurrido con la ley europea que pretende obligar a las grandes empresas a garantizar mejor el respeto de los derechos humanos y del medio ambiente en sus cadenas de suministro. . El texto final de la llamada Directiva de Diligencia Debida en Sostenibilidad Corporativa (CSDDD) que el Parlamento Europeo ha validado esta semana acabará afectando a muchas menos empresas de las inicialmente previstas y su impacto también será menor en sectores especialmente sensibles a las violaciones medioambientales o explotación infantil como la industria textil, la minería, la agricultura (incluidas la pesca y la tala) o la construcción. Unas concesiones que los eurodiputados tuvieron que aceptar ante la negativa de los Estados a aprobar el texto inicialmente pactado con ellos, que era más ambicioso, algo que ha ocurrido en varias normativas medioambientales en esta recta final de mandato en la que también se han legislado archivado. como el que buscaba reducir el uso de pesticidas.

En cualquier caso, además de la ley cero emisiones y el CSDDD, sólo en este último pleno en Estrasburgo los eurodiputados han dado su visto bueno definitivo (a la espera de la ratificación definitiva por parte de los Estados) a media docena de normas que buscan reducir o mitigar el cambio climático. . Entre las medidas que recibieron la aprobación legislativa en estos días maratonianos está también la directiva sobre el “derecho a reparar”, que obliga a los fabricantes a facilitar la reparación de electrodomésticos como lavadoras o aspiradoras en lugar de obligar a comprar productos nuevos, lo que Promueve la economía circular y permitirá ahorros importantes para los consumidores.

Los eurodiputados también aprobaron, de forma más estricta que la directiva anterior, nuevas medidas para mejorar la calidad del aire en la UE, que permitirán reducir a la mitad los principales contaminantes atmosféricos de aquí a 2030. “El aire limpio no es sólo un lujo, es un derecho que vamos a garantizar», celebró el portavoz del reglamento, el socialista Javi López. Asimismo, dieron su visto bueno definitivo a una de las normas que más presión trajo por parte del gobierno. vestíbulos han sufrido en los últimos años las nuevas regulaciones para reducir, reutilizar y reciclar envases que implicarán la prohibición, a partir de 2030, de productos como envases de frutas y verduras frescas sin procesar, alimentos y bebidas consumidos en cafeterías y restaurantes o pequeños envases para uso personal. productos de higiene, como botellas de champú de hotel, así como paquetes individuales de condimentos o salsas.

Un ejemplo del difícil equilibrio ante los crecientes cuestionamientos sobre el Pacto Verde Europeo es la aprobación, también durante este pleno, de la revisión de la Política Agrícola Común (PAC) para rebajar las exigencias medioambientales y conceder amplias exenciones a su cumplimiento. Unos cambios por temor al impacto electoral de las protestas campesinas que se han multiplicado en toda Europa en los últimos meses, cuyo descontento han intentado capitalizar las fuerzas más ultra (y no tan ultra) de toda la UE. La aprobación parlamentaria, condenó Greenpeace, «destruye los últimos restos de credibilidad de que la política agrícola de la UE protege el medio ambiente y el interés público».

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Una pieza clave del Pacto Verde sigue en el limbo, la Ley de Restauración de la Naturaleza (LRN), que busca proteger la biodiversidad, que se ha convertido en uno de los símbolos de la polarización y politización de las medidas medioambientales que se viven en la UE desde hace al menos menos un año. Paradójicamente, la LRN, que surgió del difícil procedimiento en el Parlamento Europeo, en medio de tremendas conmociones (y también de fuertes concesiones), vuelve a pender de un hilo a nivel estatal, debido a la falta de votos suficientes para darle su ratificación definitiva.

Lo que está en juego en la lucha europea contra el cambio climático, si las peores previsiones se cumplen y la extrema derecha gana suficiente fuerza en las elecciones europeas de junio, lo escenificó el miércoles Jorge Buxadé en Estrasburgo: el eurodiputado de Vox, aunque Prometió poner fin a la agenda de transición medioambiental de la UE, arrugó de manera demostrativa dos hojas de papel con los logos del Pacto Verde Europeo y la Agenda 2030.

“Eres un meme. Por supuesto que vamos a derogar su Pacto Verde y por supuesto que vamos a borrar de la historia su diabólica Agenda 2030″, prometió el diputado ultra durante un debate sobre «El ataque al medio ambiente y a la naturaleza: los intentos de la extrema derecha y a los conservadores por destruir el Acuerdo Verde e impedir inversiones en nuestro futuro”.

“Ha quedado claro que el negacionismo existe y que es muy fuerte. Dependerá de la gente entre el 6 y el 9 de junio que no sea mayoría en esta cámara”, advirtió el impulsor de la Ley de Restauración de la Naturaleza, el socialista César Luena, al finalizar la hora de discusión.

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