Hace unos meses, Marc Márquez calificó su salida de Honda por Ducati como una apuesta definitiva. Quería demostrar que aún mantenía la velocidad y la magia con el manillar, y este fin de semana en Jerez confirmó sus sospechas y, de paso, la fe ciega de sus aficionados. El 93 mantiene intacta la olla de talento que le permitió acumular 59 triunfos y seis títulos en la categoría reina, aunque los últimos tiempos habían sembrado muchas dudas dentro y fuera de su cabeza. Su fórmula de renacimiento, aparentemente sencilla, va mucho más allá de lo tangible.
“Si estoy contento, soy rápido”, afirmó tras redondear su victoria personal y colectiva en el GP de España. Su segunda posición y esa batalla a la antigua usanza con Pecco Bagnaia, defensor de la corona y puntal de Ducati, confirmaron que vuelve a sentirse capaz de todo sobre una moto. En apenas 18 días sobre la Desmosedici, con la versión del año pasado, Márquez ya es capaz de desafiar hasta la última vuelta la referencia del Mundial por la victoria, provocando, como antaño, el delirio de un público entregado. Tras el brillante duelo al límite, que casi vuelve a mandar a ambos al suelo, el de Cervera se mostró exultante. A pesar de renunciar a la victoria, calificó su carrera como una victoria contundente. “Esto no es una derrota para nada, hoy gané”, comentó tras protagonizar una celebración más propia de un nuevo título.
Sin querer desvelar en qué consiste exactamente, el catalán reconoció que tiene una hoja de ruta clara en mente. “Tengo un plan y va según mis predicciones”, señaló el sábado, antes de caer cuando lideraba la carrera. pique. “De momento estamos cayendo, pero el buen resultado está llegando”, vaticinó, con su humor habitual. Dicho y hecho. El domingo por la tarde ya había cumplido, mostrando una vez más la mejor versión de él en la pista. “Dentro de mi plan he ganado, el recorrido que tengo en la cabeza cada vez luce mejor”, advirtió.
Cuando se cumplen dos años y medio de su última victoria, en el GP de Emilia-Romaña 2021, el 93 la tuvo muy cerca en el mismo escenario donde comenzó su calvario con las lesiones hace casi cuatro años. “Aquí empezó mi pesadilla, y fue una época muy dura, pero espero y deseo que ahora empiece mi segunda vida. Aún no hemos salido de la espiral negativa, pero se vienen buenas noticias”, comentó. Tras pasar por el quirófano en cuatro ocasiones entre 2020 y 2022 para solucionar su grave lesión en el brazo derecho, y romper su vínculo deportivo y sentimental con Honda, el catalán reconoció que las heridas psicológicas han sido mucho peores y más persistentes.
“En los deportes, a veces las lesiones mentales superan a las físicas, y yo tuve una muy grave de esas. Eso provoca una herida mental de la que hay que salir. No significa que estés derrotado, sino que necesitas ganar inercia, recuperar confianza, y mi apuesta este año fue arriesgada. Le di la valentía que a veces tiene que demostrar un deportista, afrontando abiertamente lo que venga, y me está funcionando bien”, explicó. En sus palabras se intuyó por primera vez que la ambición vuelve a ser máxima.
El look, en el título y en una moto oficial
Marc Márquez se fue de Jerez habiendo demostrado todo lo que quería demostrarse a sí mismo. También al resto de figuras clave del paddock. Su sonrisa contagiosa, el buen ambiente en el garaje, el baile en el podio y hasta sus palabras son otros de los elementos que reflejan la vuelta a la plenitud a sus 31 años. Entre los mensajes que dejó el ocho veces campeón del mundo en el circuito de Ángel Nieto se intuyen dos puntos básicos de su hoja de ruta.
A pesar de haber sufrido dos caídas y dos ceros en cuatro carreras, el líder del Team Gresini, cliente de Ducati, está a sólo 32 puntos -ahora se reparten 37 cada fin de semana- del líder del campeonato. Jorge Martín, del equipo Pramac, cliente de Ducati con condiciones equivalentes al equipo oficial de la fábrica, aspira con él a la moto más codiciada de la parrilla para 2025. Ambos quieren vestir de rojo y ser compañeros de Bagnaia, que renovó por dos más. años justo antes de empezar el curso con el fabricante boloñés. Enea Bastianini, que por ahora ocupa la posición, es tercera en discordia y también ha empezado con fuerza el campeonato.
En medio de un mercado de pilotos loco, con muchos huecos que llenar en la parrilla, es probable que Márquez reciba propuestas de todo tipo, sobre todo ahora que ha recordado a todos su magia. Tiene claro que tiene buena mano negociadora. “Pramac es un muy buen equipo satélite, pero no es oficial”, dejó claro. “Me gustaría tener una moto de fábrica, y si somos rápidos tendremos más opciones para elegir”, recalcó antes de que comenzara la acción en Andalucía. Pelear por el título le hace ganar mucho. “El Mundial no está tan lejos. He tenido un comienzo de campeonato pésimo y estamos sólo a 32 puntos”, celebró.
La belleza del plan de Márquez, que muestra abiertamente su ambición después de mucho tiempo escondido, es que se alinea perfectamente con los deseos de Dorna. La euforia vivida en Jerez y el espectáculo ofrecido en todas las carreras desde Qatar (finalizó cuarto en su debut con la Ducati), consolidan la línea ascendente del campeonato, más igualada, intensa y apasionante que nunca. El carisma y estrella de un campeón como Marc era lo único que faltaba en la receta de los últimos años, y su empuje encumbra la figura de los Bagnaia, Martín y compañía. Liberty Media, sin duda, se frota las manos tras haber comprado Dorna y los derechos de un campeonato que va en aumento.
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