Hasta un millar de tractores ocupan este jueves el barrio europeo de Bruselas, en el comienzo de una manifestación que busca concentrar la cólera del campo, expresada durante las pasadas semanas en varios países europeos con diversas acciones, en una gran protesta ante las instituciones de la Unión Europea en la capital belga. La manifestación, para la que se esperan miles de agricultores de diversos países, se produce en el mismo día en que los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete se reúnen de forma extraordinaria también en Bruselas. Aunque los líderes europeos deben discutir sobre todo el paquete de ayudas a Ucrania, el descontento del campo ya se ha colado en su agenda.
“Reclamamos la paralización de leyes. No podemos más, cada día se aprueba una nueva norma”, explica José María Castilla, representante en Bruselas de Asaja, la patronal agraria española, a dos pasos del Parlamento Europeo, en una plaza rodeada de tractores grandes, la mayoría de ellos muy nuevos. Hay varias hogueras en las que se queman neumáticos viejos de coches y grupos de agricultores italianos que llevan chalecos amarillos, todo un guiño a las protestas francesas de la primera legislatura contra el presidente francés, Emmanuel Macron.
“Pedimos cláusulas espejo en los tratados comerciales para que los productos agrícolas de otros países cumplan los mismos requisitos que los nuestros. No rechazamos las exigencias fitosanitarias, pero queremos que las cumplan quienes vienen a vender aquí. Y también queremos dignidad y respeto”, añade el representante de Asaja.
En las protestas de los agricultores europeos que en las pasadas semanas han protagonizado bloqueos desde Alemania a Francia, Polonia o Eslovaquia se han esgrimido argumentos distintos. Pero todas, en algún momento, confluyen en una ira contra la “incoherencia de las políticas europeas” que se pretende expresar de forma contundente durante toda la jornada ante las sedes de la UE, según han resumido los convocantes, entre ellos la organización Copa-Cogeca o la española Asaja (Asociación Agraria Jóvenes-Agricultores), en los pasados días.
Desde primera hora de la mañana, los pesados vehículos agrícolas colapsaban las principales calles del barrio europeo en un intento de confluir hasta la plaza de Luxemburgo frente a la Eurocámara, punto central de la protesta convocada por diversos sindicatos agrícolas europeos, donde los primeros incidentes comenzaron temprano en la mañana, con el derribo de una estatua que hizo intervenir a la policía.
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Los agricultores han lanzado huevos y piedras contra el Parlamento Europeo y han provocado incendios cerca del edificio, informa Reuters. Los manifestantes intentaron derribar las barreras erigidas frente al Parlamento —a pocas manzanas de donde se celebraba la cumbre—, pero la policía los repelió con mangueras de agua. La policía también disparó gases lacrimógenos.
Mejor dejar el coche en casa
Las autoridades locales han aconsejado dejar durante la jornada los coches en casa, aunque también el tráfico público está fuertemente perturbado, mientras las entradas de la capital sufren grandes atascos. Los tractores habían comenzado a entrar en Bruselas desde la noche del miércoles, aunque la mayor parte lo hizo durante la madrugada, despertando con sus motores, bocinazos y hasta sirenas a numerosos residentes, que no dudaron en mostrar en las redes sociales las inusuales imágenes de los grandes vehículos circulando por las calles de la capital belga. Según estimaciones de la policía, hasta un millar de estos vehículos se concentra ya en la capital belga.
La cólera de los agricultores ante la Eurocámara se sentía también en la sede del Consejo Europeo, a unos centenares de metros, donde se reúnen los jefes de Estado y de Gobierno de la UE.
“No ha sido fácil llegar, pero ha sido un paseo agradable”, bromeaba la primera ministra estonia, Kaja Kallas, sobre el colapso de la capital belga. Más serio, su par belga, Alexander De Croo, que desde comienzos de semana ha visto cómo el campo se organizaba en protestas similares a las que ya vive Francia desde la semana pasada, instaba a que la cita de este jueves sirva también para hablar del tema del campo. “Tenemos que poder discutir esto en el Consejo porque las preocupaciones que tienen son perfectamente legítimas”, declaró a periodistas a su llegada. “La transición climática es una prioridad clave para nuestras sociedades y tenemos que asegurarnos de que nuestros agricultores sean unos aliados en ello (…) y que pueden ser parte de la discusión”, ha reclamado.
La Comisión Europea tuvo un gesto con los agricultores este miércoles. Ha hecho caso a una de sus reclamaciones al plantear una derogación temporal de la exigencia de dejar un porcentaje mínimo de terreno en barbecho cada año. La propuesta del Ejecutivo de la UE, que tiene que recibir el visto bueno de los Estados miembros, llega en un momento en que las protestas del sector agrícola se van contagiando de país en país. La iniciativa coincide con otra que muy probablemente no tendrá buena acogida en el sector: la prórroga por un año en la exención de aranceles a las importaciones de productos agrícolas de Ucrania y Moldavia, que tanto ha irritado a los agricultores de los países vecinos.
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