Los gobiernos contemplan duplicar las renovables en 2030, pero se necesita triplicarlas para combatir la crisis climática | Clima y Medio Ambiente

Triplicar la capacidad de energía renovable esta década —es decir, pasar de los 3.400 gigavatios (GW) de 2022 a los 11.000 en 2030— se ha convertido en un mantra de la lucha internacional contra el cambio climático. Lograr ese objetivo está al alcance de la humanidad, según muestra un análisis del centro de estudios especializado en cambio climático y energía Ember. Este grupo de expertos asegura que en estos momentos, los planes nacionales que tienen los gobiernos de 57 países —que acumulan en su conjunto el 90% del sector energético mundial— ya conducirán a que en 2030 se haya duplicado la instalación de renovable, al alcanzarse los 7.300 GW. “Más de tres cuartas partes de la capacidad renovable en 2030 provendrán de la energía solar y eólica”, añade. El resto mayoritariamente será energía hidroeléctrica, que no está creciendo ni mucho menos al mismo ritmo que las tecnologías que se alimentan del viento y el sol para producir electricidad, cuyos costes se han desplomado.

Desde que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) y la Agencia Internacional de las Energías Renovables (Irena) fijaron esa meta como una de las medidas que se deben tomar para poder cumplir con el Acuerdo de París, el objetivo de triplicar la potencia instalada de energía limpia en el mundo se ha ido asumiendo en la agenda internacional. Así ocurrió en la reunión del G-20 en la India en septiembre o en la minicumbre de energía y clima que España acogió en octubre. China y Estados Unidos también se comprometieron la semana pasada a que impulsarán ese objetivo en la cumbre del clima anual, la COP28, que comienza en Dubái el día 30 y que durará hasta el 12 de diciembre.

El análisis concluye que es perfectamente posible cumplir el objetivo global de triplicar la energía renovable mundial, lo que no significa que cada país deba triplicar su potencia, porque no es lo mismo cuando se parte de cero que cuando un sistema ya tiene una fuerte implantación de eólica y solar. En cualquier caso, los 11.000 GW de energía verde están al alcance de las naciones en estos momentos.

Para ello, Ember señala que el mundo necesita aumentar el despliegue de energías renovables en un 17% cada año durante lo que queda de década. “El mundo ya alcanzó esta tasa de crecimiento anual durante el período comprendido entre 2016 y 2023″, resalta el estudio. Pero los analistas creen que existe todavía un desacople entre los planes nacionales y la velocidad que está adquiriendo el sector. “Los gobiernos deben aumentar sus ambiciones y establecer objetivos que reflejen el verdadero ritmo de crecimiento del mercado de las energías renovables en sus respectivos países”, explican. Porque “el actual auge de las energías renovables ya está superando el crecimiento previsto por los gobiernos”.

Este grupo de expertos señala a un grupo de 10 países que ya tienen objetivos que triplican su capacidad para 2022, entre los que están India y Arabia Saudí. El informe sitúa a España entre el grupo de 12 países que llevan ahora un ritmo de implantación de renovables que, de mantenerse, los llevará a superar cómodamente el objetivo que se han fijado para 2030. Y se señala directamente a cuatro países que pueden perfectamente intensificar sus objetivos: Australia, Japón, Corea del Sur y Emiratos Árabes Unidos.

Precisamente, Emiratos Árabes Unidos es el anfitrión de la cumbre del clima de este año, además de ser uno de los grandes productores y financiadores de combustibles fósiles. Y esa es la otra clave de esta historia de la transición hacia un mundo libre de emisiones de gases de efecto invernadero.

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Para cumplir con el Acuerdo de París y dejar el calentamiento global dentro de los límites lo más seguros posible, no basta solo con triplicar la potencia renovable en el mundo. Hace falta también, según la AIE, duplicar la eficiencia, es decir, reducir el uso de la energía. Y, como ha recordado este lunes el secretario general de la ONU, António Guterres, se debe trazar “un rumbo para acabar con los combustibles fósiles”, es decir, el carbón, el petróleo y el gas natural.

Guterres ha recalcado que, para cumplir con París, se necesita “arrancar la raíz envenenada de la crisis climática: los combustibles fósiles”. Sin embargo, un reciente informe apadrinado por la ONU advertía de que los países productores de combustibles fósiles contemplan todavía seguir aumentando la producción de carbón, petróleo y gas natural en las próximas décadas. Si se hacen realidad esas proyecciones, será imposible cumplir con el Acuerdo de París, que tiene como principal objetivo que el incremento de la temperatura no sobrepase los dos grados Celsius respecto a los niveles preindustriales y, en la medida de lo posible, los 1,5.

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By Hudson Linda C

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