Jordi Fernández: “Sigo siendo el mismo chaval que jugaba en Badalona” | Baloncesto | Deportes

Del barrio de Canyadó a Brooklyn. Pasó de jugar con amigos en una pista callejera de Badalona a convertirse en el primer entrenador español de la historia de la NBA. De liderar un equipo cadete a ser seleccionador de Canadá, medallista de bronce en un Mundial y con los Juegos de París en el horizonte. El increíble periplo de Jordi Fernández supone otro hito nacional en la meca del baloncesto: el pionero Fernando Martín, los anillos de Pau Gasol, las finales olímpicas contra el Deam Team, las camisetas retiradas de Pau y Marc con los Lakers y Memphis… Y ahora el fichaje del técnico catalán, de 41 años, como primer entrenador de los Nets, una nueva cumbre que el badalonés pone en perspectiva.

“Este no es el final del camino”, expresó este martes en charla con medios españoles; “Siempre son pasos adelante en mi carrera y este es otro que parece más grande o tiene más impacto, pero para mí es otro más. Es un honor, pero lo importante no es llegar sino quedarse, y para eso necesito hacer un proyecto competitivo y respetado”.

Fernández ha subido pacientemente cada escalón que tiene por delante desde que aterrizó en Estados Unidos hace 15 años. El último fue el ascenso de primer asistente en los Sacramento Kings a jefe de los Brooklyn Nets. Pero ni siquiera ese ascenso sin precedentes altera ni un milímetro su filosofía. “Soy la misma persona, el mismo niño que salía al juzgado del barrio de Canyadó, en Badalona, ​​que jugaba en la calle. Son cosas de mis orígenes que para mí no han cambiado. Aunque llevo muchos años fuera, mantengo allí a mis amigos, a mis padres. Es importante que sea la misma persona. Mis orígenes están muy marcados y estar en casa, al lado del mar, paseando, jugando al baloncesto, me hace sentir bien, me da consuelo. Significa no dejar de ser quien eres”, afirma el entrenador.

“No siento vértigo. Estoy muy emocionado de aprender, de ser desafiado y si lo tomara de otra manera, no me ayudaría. No lo hago por los demás, sino por mí y mi familia. Quiero sentirme como siempre me he sentido, un entrenador, un educador. Esto es lo que he aprendido en Badalona. Me hacía ilusión formar parte de un equipo competitivo, y lo mismo cuando era cadete que ahora que tengo jugadores con otras capacidades. La presión es evidente, pero es parte del trabajo”, añade.

El badalonés fue presentado hace unos días como entrenador de los Nets. Por delante, faltan seis meses para que comience la próxima temporada de la NBA, con el parón de los Juegos por delante de Canadá. Fue el bronce conseguido en el último Mundial, tras derrotar a Estados Unidos, lo que le abrió la puerta al banquillo de Brooklyn: “Manejar a ocho jugadores de la NBA en ese equipo fue muy importante. Sin eso no estaría donde estoy”.

Aquel chico que jugaba en Badalona no soñaba con pisar la luna del baloncesto. “No voy a mentir, nunca tuve el objetivo, cuando era más joven, de ser entrenador de la NBA. Siempre tuvo el entusiasmo de aprender. Estudié en Holanda, lejos de casa. Aprendí mucho estando fuera de mi zona de confort. Ahí se me abrió la mente”, recuerda. Y las oportunidades empezaron a llegar y a quemar etapas mientras la Liga Americana atraía talento extranjero en la cancha (125 jugadores extranjeros, un récord, este año) y en las bandas: Fernández hereda a los serbios Igor Kokoskov (Phoenix) y Darko Rajakovic (Raptors). ) como únicos europeos a cargo de una franquicia.

“Cada uno tiene sus superpoderes, quién eres y por qué estás donde estás. En mi caso, mi formación europea ha sido muy importante para acceder a este puesto de trabajo. Y me he adaptado”, reflexiona Fernández, último eslabón de una larga lista de éxitos del baloncesto español. “Nuestro juego es muy respetado. De Pau y Marc a Ricky, Calderón, Garbajosa… han sido cuatro generaciones juntas y eso tiene mucho mérito. Todos hemos visto a la selección nacional reinventarse. Todas las franquicias de la NBA viajan a España varias veces al año. Es algo de lo que estar orgulloso”, afirma Jordi Fernández, que señala especialmente como referente a Sergio Scariolo: “es mi padre del baloncesto europeo”.

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