https://media.cnn.com/api/v1/images/stellar/prod/2025-04-09t213139z-687545411-rc2kudao14t9-rtrmadp-3-usa-trump.JPG?c=original&q=w_1280,c_fill

El secretario del Tesoro de Estados Unidos admite que la guerra comercial con China es “insostenible”

El secretario del Tesoro de Estados Unidos ha reconocido que la guerra comercial con China es insostenible en su estado actual. Durante un reciente discurso en un evento organizado por una de las principales instituciones financieras del país, el funcionario afirmó que las tensiones comerciales entre las dos economías más grandes del mundo han alcanzado niveles que no pueden mantenerse por mucho más tiempo.

En su intervención, destacó la necesidad urgente de una desescalada en las hostilidades comercialmente impuestas por ambos países. A pesar de que actualmente no existen negociaciones formales, se mostró optimista respecto a la posibilidad de que las relaciones entre Washington y Pekín puedan mejorar en un futuro cercano. Esta declaración ha generado un impacto positivo en los mercados financieros, que han respondido favorablemente ante la expectativa de un cambio en las políticas comerciales.

Los aranceles aplicados por Estados Unidos sobre los productos chinos han alcanzado cifras elevadas, mientras que China ha respondido con tarifas similares sobre bienes estadounidenses. Esta dinámica ha provocado un efecto adverso en ambas economías, y el secretario del Tesoro ha señalado que el objetivo de Estados Unidos no es desvincularse de China, sino más bien buscar un reequilibrio que beneficie a ambas partes.

La situación presente, con tarifas del 145% en productos de China y del 125% en productos de EE. UU., se considera inviable. Los inversionistas han recibido la señal y han empezado a prever una modificación que podría allanar el camino hacia un pacto más extenso en el porvenir. No obstante, el secretario también advirtió que lograr un acuerdo total podría llevar entre dos y tres años, lo que significa que las tensiones no se disiparán de forma inmediata.

Adicionalmente, las repercusiones de estas políticas en la economía de Estados Unidos han sido notables. Hace poco, el Fondo Monetario Internacional disminuyó sus estimaciones de crecimiento para la nación, lo cual ilustra cómo la duda provocada por el conflicto comercial está influyendo en la confianza de los inversionistas y la estabilidad del mercado. Esta situación ha incrementado la presión sobre la administración para que encuentre medidas que impidan un mayor declive económico.

Mientras tanto, el gobierno ha recibido ofertas de diversas naciones para formar pactos comerciales que podrían contribuir a reducir la dependencia de China. No obstante, el secretario del Tesoro ha subrayado que cualquier pacto con China exigirá concesiones importantes y una modificación en la estrategia de comercio que le permita a Estados Unidos incrementar su producción industrial. Es esencial un reequilibrio en el comercio para alcanzar una relación más justa entre los dos países.

Aunque hay indicios favorables, el trayecto para resolver las tensiones económicas está plagado de desafíos. La relación entre China y Estados Unidos ha sido problemática, y continúa la desconfianza por ambas partes. Mientras que el gobierno de Estados Unidos intenta llegar a acuerdos con otros aliados comerciales, China ha lanzado advertencias sobre la firma de acuerdos que puedan afectar sus intereses. Esta circunstancia agrega un nivel de complicación a las conversaciones y podría demorar aún más cualquier progreso importante.

En este contexto, la gestión igualmente se ha implicado en diálogos con naciones como Japón, India y países de la Unión Europea, buscando una estrategia más cooperativa que pueda resultar en una disminución de las tensiones. Sin embargo, la inseguridad sobre la posición del presidente de Estados Unidos respecto a los aranceles continúa, lo cual provoca incertidumbre acerca de la eficacia de estas acciones.

By Hudson Linda C

Te puede interesar