El hallazgo del pariente más cercano del ‘Tyrannosaurus rex’ ilumina el misterio de estos depredadores | Ciencia

El hallazgo del pariente más cercano del ‘Tyrannosaurus rex’ ilumina el misterio de estos depredadores | Ciencia

El más popular de los dinosaurios, el Tyrannosaurus rex, fue el mayor depredador de su época y quizás de todos los tiempos, pero para la comunidad científica es un misterio cómo estos animales crecieron hasta convertirse en gigantes. Pesaban 10 toneladas, medían 12 metros de longitud y tenían cabezas y dientes enormes capaces de triturar huesos. El descubrimiento de una nueva especie de tiranosáurido podría despejar algunas de estas dudas. El análisis de un cráneo encontrado en Nuevo México, Estados Unidos, se publica hoy en Scientific Reports y añade un nuevo familiar al árbol de la historia de estos dinosaurios: el Tyrannosaurus mcraeensis. Se trata del pariente más cercano del T. rex y arroja luz sobre la diversidad, el origen y el gran tamaño de estos temidos depredadores del Cretácico Tardío.

“En paleontología se avanza en el conocimiento de dos formas: encontrando nuevos fósiles o reestudiando y reinterpretando restos encontrados previamente”, explica el paleontólogo Luis Alcalá, director del Parque de las Ciencias de Granada y ajeno al hallazgo. Para identificar a este pariente cercano del T. rex, se utilizó la segunda. Un grupo de científicos de Nuevo México empleó programas computacionales que distinguen entre distintos huesos para clasificar especies y descubrieron que un cráneo encontrado en Hall Lake, Nuevo México, había sido atribuido a un T. rex, pero en realidad pertenecía a un dinosaurio diferente. Las diferencias en la forma y la unión de los huesos del fósil respecto al T. rex son sutiles, pero significativas, como para distinguirlo como una especia animal distinta.

El nuevo tiranosaurio Mcraeensis —que recibe este nombre por la formación McRae en Nuevo México, donde se han encontrado múltiples restos de dinosaurios—podría haber vivido hace entre 71 y 73 millones de años, es decir, entre cinco y siete millones de años antes que el T. rex. Así lo sugiere el estudio liderado por el paleontólogo Sebastian G. Dalman de la Universidad de Massachusetts y sus colegas, de acuerdo con la ubicación de las rocas y otros restos de la zona de Hall Lake, donde originalmente se encontró el cráneo.

Laramidia: El hogar de los dinosaurios gigantes

“Aunque se sabe mucho sobre ellos, hay aspectos que llevan a debates aún abiertos sobre el origen de los tiranosáuridos”, explica Fidel Torcida, director del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes, que no participó en el estudio. Dentro de la polémica, una de las hipótesis que han propuesto los paleontólogos es que estos grandes dinosaurios surgieron en Asia y se desplazaron a América, mientras que una segunda teoría propone lo contrario, es decir, que aparecieron en lo que hoy es Norteamérica y conforme aumentaron en población, se desplazaron hacia Asia, para más tarde desandar sus pasos hasta América del Norte.

El descubrimiento del Tyrannosaurus mcraeensis apoya la teoría del origen en el norte de América, sugiriendo que la línea evolutiva de tiranosáuridos se originó concretamente en Laramidia, una isla continente que existió hace entre 100 y 66 millones de años en lo que hoy conforman Canadá, Estados Unidos y México. Los investigadores detallan también que estos dinosaurios habitaban al sur del territorio y no siempre fueron colosales. Pasaron de ser cazadores de pequeñas especies durante el Cretácico temprano a ser depredadores de grandes herbívoros a medida que aumentaron de tamaño.

En una región reducida como lo es un territorio insular, no sería extraño que las especies fueran pequeñas o con un tamaño correspondiente al lugar en que habitan. Pero este no fue el caso en Laramidia. En esta isla, “la temperatura y la ausencia de competidores y depredadores pudieron provocar que los herbívoros de la zona crecieran hasta alcanzar dimensiones propias de dinosaurios gigantes como los titanosaurios, ceratopsianos o hadrosaurios”, explica Torcida. Y a la vez que los herbívoros aumentaron en tamaño, también lo hicieron aquellos que se los comían. De esta manera, sugieren los autores, evolucionaron hacia un tamaño corporal gigante hace aproximadamente 72 millones de años hasta el recién conocido Tyrannosaurus mcraeensis para dar origen, millones de años más tarde, al famoso T. rex.

Tanto Alcalá como Torcida consideran positivo que se haya descubierto una nueve especie de tiranosáurido. El hallazgo aporta a la diversidad a la familia Tyranosaurini y abre nuevas vías de exploración, instando a los investigadores a profundizar en los misterios de los ecosistemas y las relaciones entre depredadores y presas del mundo antiguo. Alcalá recuerda que al Tyrannosaurus mcraeensis se le clasificó inicialmente como T. rex, y se pregunta: “¿Podría haber otras especies diferentes de tiranosaurios?”

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By Hudson Linda C

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